Todos sabemos que nuestros jóvenes son la energía del futuro, ¿pero cuántos de ellos están recibiendo el apoyo y atención suficiente para convertirse en adultos productivos? La educación en algunas regiones de nuestro estado se ha vuelto un lujo o privilegio, ya que son tantas las carencias familiares que se vuelve algo casi imposible de sobrellevar, esto los orilla a abandonar sus estudios a temprana edad y buscar apoyar el sustento de sus hogares
Factores como las distancias que tienen que caminar para llegar a sus escuelas, los escasos medios de transporte y los costos elevados en comparación con los ingresos que perciben sus familias son sólo algunas de las barreras que propician el abandono.
El Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario Núm. 26, ubicado en Vícam, cuenta con estadísticas: de cada 10 alumnos de la comunidad que ingresan, tan solo 3 terminan sus estudios y el 54.86% de la población mayor a quince años que hablan lengua indígena de los cuatro municipios se encuentran en rezago educativo.
El grado de escolaridad de la Tribu Yaqui es de 6.2 años de estudio, lo que está por debajo de la media nacional en cuanto al grado de escolaridad promedio de las etnias en el estado de Sonora que es de 8.6 años.
Lo que necesitan nuestras mujeres y los jóvenes de la etnia son más apoyos de organismos, de gobierno y fundaciones que promuevan el estudio y la educación para que en algunos años podamos ver más profesionistas preocupados por las necesidades de su pueblo, enseñándoles a administrar mejor sus recursos, a emprender negocios productivos, a generar proyectos sustentables que lleven desarrollo para su comunidad, que sin duda lo necesitan urgentemente.
Estadísticas tomadas por el estudio “La Tribu Yaqui: sus usos y costumbres en la educación” por Vannia Domínguez Borbón (2018).