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ARCHIVO CONFIDENCIAL

Oct 29, 2021

CACERÍA, UNA INDUSTRIA PRODUCTIVA

ARMANDO VÁSQUEZ A. / COLUMNISTA

#DESPIERTASONORA

EL PASADO MIÉRCOLES escribí un escenario por el cual aseguré que la cacería estaba en el grave riesgo de desaparecer por la posible aprobación de la Ley General de Bienestar Animal que se encuentra en el Senado. https://bit.ly/3jMUhx4

La columna roló en el círculo de los cazadores de tal manera que me empezó a llegar información variada y preocupante al respecto.

De entrada, la Federación Mexicana de Caza solicitó en su momento a sus integrantes –miles–, que apoquinaran para pagar a un despacho legal y poder contrarrestar lo que ya se ve como un hecho: la aprobación de esa ley que en uno de sus ejes no permitirá la caza y pesca por la afectación directa sobre el animal.

Inclusive, en la investigación salió a relucir que en estos momentos en España se vive una situación similar (hasta el mismo nombre de la ley) y se escucha la voz de las organizaciones de cazadores que se oponen, pero de manera tibia –igual que en México–, porque no han encontrado la fórmula para justificar su actividad o bien, establecer que es justo el matar animales de caza, sobre todo. Es un similar de la muerte del toro de lidia, aunque en otro tipo de contextos. El hecho es que, para noviembre, lo más seguro es que se apruebe en la madre patria.

En México se encuentra en ciernes, hay otras iniciativas a las que se le ha dado preponderancia, pero no han de tardar en aprobarla.

Hablemos de la cacería más emblemática de Sonora, la del borrego cimarrón, aunque usted sabe que hay cacería de otros tipos de animales.

De las siete sub especies existentes en América del Norte, tres hay en México: Cremnobates en Baja California, Weemsi en Baja California Sur y Mexicana en Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León.

Para 1950 desapareció de Chihuahua, Coahuila y Nuevo León por diferentes causas: dañado su hábitat, transmisión de enfermedades del ganado doméstico, cacería de subsistencia y el excesivo furtivismo.

Para 1976 se repobló de borregos cimarrones la Isla Tiburón con éxito. Actualmente, las 400 familias seris ubicadas en dos comunidades, subsisten en un 85% de su economía gracias a la caza del cimarrón. Los permisos que se otorgan –con valor de 40 mil dólares, hay zonas fuera de la indígena, que llegan a costar hasta 100 mil dólares–, obligan a los cazadores a contratar a ocho integrantes de la tribu para las diferentes actividades propias de la caza.

La caza de aves anda en seis mil dólares el permiso y el de pesca en una anualidad conforme a los torneos que se manejan.

En Sonora hay más menos unos nueve mil borregos, de los cuales unos cinco mil se encuentran en áreas o reservas libres, en ranchos, pues. El gobierno federal, a través del Patrocipes, realiza liberaciones de cimarrones para repoblamiento como la que se hizo en la sierra de Nacapule, en Nuevo San Carlos, Guaymas hace unos años.

En 1993 a los cimarrones se les daba seguimiento sistemático por monitoreo aéreo y se han enviado borregos para repoblar otros estados.

Para 1997 el gobierno federal conformó las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA´s) gracias a las cuales se conformaron los conocido ranchos cinegéticos (unos mil 700 que hay en Sonora para todo tipo de caza de los tres mil 500 ranchos que hay), otorgando facultades a sus dueños para tomar acciones para preservar el cuidado, hábitat, implementar mecanismos de vigilancia para combatir el furtivismo, colocar comederos y bebederos artificiales para épocas de secas y cuidado de la reproducción en áreas de manejo en confinamiento. 

¿Qué pueden hacer las organizaciones de cazadores ante la nueva ley que se avecina?… No habrá poder humano que justifique la muerte de un animal, sin embargo, en el caso de la caza y pesca se le debe dar otro enfoque conforme a lo que he investigado y es transmutar esta actividad de manera legal al área de economía desde el momento en que se convierte en una industria:

Genera miles de empleos, provoca derramas económicas directas que pegan en hoteles, comercios de alimentos y bebidas, agencias de carros, de viaje, contratación de personal especializado, taxidermia, pago de licencias, de portación de armas, fuera de la compra de los permisos de los tres niveles de gobierno, entre otro tipo de costos. Es decir, hay procesos que encajan en el rubro.

De hecho, se amplía la gama de beneficios pues los cazadores organizados incluyen a una treintena de personas a su alrededor y requieren de una treintena de personas a su alrededor –choferes, cocineros, guías especializados o huelleros, (ha habido casos que en estos últimos, cuando logran una gran presa les pagan hasta cinco mil dólares), así como ejidatarios o parceleros que rentan sus campos para la cacería y esto es para que se entienda que no solo los organizadores ganan en esta actividad como es el pensamiento común.

Estamos hablando pues de una industria que genera más de 30 millones de dólares, es decir, unos 621 millones 600 mil pesos; además de que genera 10 mil empleos directos, 14% permanentes y 86% temporales. https://bit.ly/3GvbTHD 

Pero hay un punto mucho más importante que poco se ha tocado. ¿Sabía usted que fue gracias a la cacería como se logró el contacto y la información necesaria para que se lograra instalar la planta ensambladora Ford en Hermosillo?

A finales de enero de 1983 el presidente de Ford México, Michael J. Hammes, en compañía de dos de sus hijos, pasaba una semana de cacería en el rancho Las Glorias, propiedad de Guillermo Tapia Calderón, quien en ese momento fungía como presidente del Comité Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Ford. Esto se puede constatar a partir de la página 54 del libro “Ford Hermosillo, el por qué y el cómo” publicado el 13 de diciembre de 2011 escrito por Guillermo Ernesto Tapia Calderón y Manuel Ignacio Puebla Gutiérrez. https://bit.ly/3bnCw2Q 

Gracias a esta actividad se contó con las herramientas para posteriormente lograr jalar para Sonora a la empresa –programada para instalarse en Chihuahua, Texas o Valencia, España, ojo, Hermosillo ni pintaba–,   que hoy da empleo, junto con sus satélites, a más de siete mil sonorenses.

De allí la insistencia de que, si los cazadores quieren defender su actividad, deberán plantear una iniciativa de ley que ubique la cacería dentro del rubro de economía teniendo como complemento las áreas respectivas de respeto de la flora y fauna, factores de los cuales han sido sus principales protectores. 

En fin, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                   

Correo electrónico: archivoconfidencial@hotmail.com                     

Twitter: @Archivoconfiden                                                              

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