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Los mexicanos son las personas más estresadas del mundo por su trabajo, según cifras dadas a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2017, así lo informó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a propósito de la temporada vacacional de Semana Santa 2022.
De acuerdo con la OMS, México tiene el primer lugar en estrés laboral, por encima de naciones como China y Estados Unidos, las dos economías más grandes del planeta.
Además, datos de 2019 emitidos por la Bolsa de Trabajo en México OCC Mundial, el estrés crónico en los centros laborales afectó a más de 40% de sus integrantes; en 2021 se incrementó a 63%.
Esto se debe, según la investigadora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Erika Villavicencio Ayub, a que los mexicanos son las personas que menos días de vacaciones tienen, pues en promedio sólo tienen 14 días de descanso, un periodo corto, si se considera el tiempo en que los colaboradores siguen atendiendo pendientes laborales en vez de despejar su mente.
A esto se suma, que el enfoque cultural en materia laboral en México y la forma en cómo se educa a los individuos a comprometerse con el trabajo, ocasionan que los empleados se sientan culpables por salir de la oficina a su hora, o “desconectarse” en sus tiempos de descanso o vacaciones, dijo Villavicencio Ayub.
“Este tipo de factores han venido posicionando la cultura laboral llevándonos a tener que demostrar con acciones que nuestro trabajo nos interesa, como la sobrecarga de actividades, tener el escritorio lleno de papeles o quedarse más tiempo de los horarios establecidos. Esto no necesariamente brinda los mejores resultados en las organizaciones, pero sí se desencadenan factores de riesgo psicosocial”.
Estrés más COVID-19 y sus consecuencias
La también coordinadora de Psicología Organizacional de la UNAM aseveró que la pandemia de la COVID-19 evidenció al “colaborador siempre disponible”, lo que aumentó trastornos mentales como el estrés laboral que provoca molestias gastrointestinales, alteraciones de sueño, dolor de cabeza, reacciones conductuales y/o miedos, pero también a incrementar experiencias de acoso laboral.
Además, generó agotamiento o burnout, que algunas personas lo expresan al fingir estar extremadamente ocupadas para proyectar la imagen de alguien exitoso.
“La urgencia o la inmediatez que proveen las nuevas tecnologías han afectado a las personas, sobre todo al evitar que se desconecten completamente de sus áreas de trabajo para atender otras de la vida personal. Por tanto, indicó la académica de la UNAM, es necesario encaminarnos hacia un balance de nuestras actividades a través de la organización de nuestros tiempos”.
En consecuencia, las organizaciones perciben resultados con baja calidad, incremento de accidentes laborales o mala atención al cliente, indicó la experta.
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