HORROR
SAMUEL VALENZUELA / COLUMNISTA
#DESPIERTASONORA
Un par de días antes dimos cuenta de niños arrastrándose por el piso de su aula con sus caritas mostrando su confusión y miedo, pero atendiendo las instrucciones de su maestra para protegerse de la balacera que ocurría prácticamente enfrente de su escuela.
Este sábado, presenciamos los esfuerzos para mantener con vida a un hombre baleado, tendido en el piso frente a la Iglesia de la Candelaria en Caborca, en donde minutos antes había contraído nupcias, mientras que la joven esposa apenas era contenida, con su atuendo de boda manchado de sangre.
En ambos casos está la presencia evidente de grupos criminales, cuya violencia nos pone en riesgo a todos, incluidos esos infantes en la escuela de Empalme que afortunadamente la libraron, y la de esas familias en Caborca, cuyo integrante no la libró, producto de lo que se asegura fue mortal equivocación en la dinámica de venganzas mutuas entre grupos criminales que disputan esa región.
Así, lo que debió ser material para una plana completa en la sección de sociales, se convirtió en información de nota roja, en un contexto donde las perspectivas felices se trastocan en tragedias con frecuente regularidad en Sonora, en un entorno social de incertidumbre particularmente en los municipios de Guaymas, Empalma, Cajeme, Caborca, San Luis Río Colorado y en una veintena más de la región serrana de esta entidad,
Si bien las estadísticas oficiales aseguran de una tendencia a la baja en el índice de delitos, para nada ayudan en el ánimo de la gente en esas localidades frente a la realidad de la que son testigos en sus barrios y comunidades, donde los malandros andan como Juan por su casa y dan cuenta de la cordialidad de sus relaciones con fuerzas del orden y de la impunidad que gozan.
Por supuesto que no vamos a regatear reconocimiento a los esfuerzos que despliega el gobernador Alfonso Durazo Montaño y su gabinete de seguridad, ya que ni modo sea por su gusto el que prevalezcan condiciones tan difíciles en un área que se supone es su especialidad y que prometió que atendería de forma personal.
Se dice que por lo regular la percepción social sustituye a la realidad, apotegma que se aplica para considerar como inútiles las frecuentes mesas de seguridad que se instalan luego de casos de violencia, ejercicio que se ha convertido en chunga popular, a pesar de la presunta seriedad con que se aborda la problemática de cada caso en particular.
Para quienes son testigos de hechos de violencia y que han estado a un tris de pasar a la estadística como daño colateral, para quienes familiares han estado en dicha circunstancia; para quienes se mantienen al tanto de tantos hechos de sangre a través de medios de comunicación formales e informales, difícil no caer en la psicosis respecto a que el peligro asecha y que nos tiene con el alma en un hilo cuando un ser querido va a alguna reunión viaje o despliega cualquier actividad fuera de casa.
La situación es muy difícil y a cómo van las cosas se pondrán más, porque no vemos cómo podrían cambiar o revertir esa tendencia si se toman las mismas medidas que no han redituado grandes avances en el pasado y que además no es prerrogativa del gobernador cambiarlas, sin que veamos eventuales variables positivas si es relevada de su cargo la titular de seguridad, María Dolores del Río.
Miren, en los frecuentes hechos de violencia donde es obvia la presencia del llamado crimen organizado, los registros sobre muertos o detenidos, sobre las descripciones de protagonistas, no dejan dudas que se trata de jóvenes en mayor medida o sea, la capacidad de reclutamiento del narco se mantiene en muy buen nivel y es amplia la posibilidad de sustitución de detenidos y caídos, resultando muy limitados los efectos de la dispersión de recursos de programas del bienestar en ese segmento poblacional, cuando se supone fueron diseñados para eso.
Como sea, nos resulta sumamente extraño el que de acuerdo a las filtraciones del Colectivo, la SEDENA tenga plenamente identificados a los liderazgos de grupos criminales, tanto en Caborca como en las regiones de Guaymas, Empalme y Cajeme, pero tal información pareciera ser exclusivamente para fines informativos, porque si accedieron a fotos, ligas familiares y demás, sabe porque inteligencia militar deja de lado sus posibles ubicaciones y por supuesto, sus detenciones.
Al menos los hermosillenses resentimos un impacto menor de la alta percepción de inseguridad que se registra en otros municipios del estado y pues algo se debe estar haciendo bien en esa materia, toda vez que de acuerdo a encuesta del INEGI, Hermosillo ocupa el tercer lugar entre las capitales estatales de México que más avanzó en el reciente año en reducir la cantidad de población que percibe inseguridad al alcanzar un porcentaje de -11.4 por ciento.
La medición es de septiembre del 2021 a septiembre de este año, lapso en el que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, solo superaron a Hermosillo las ciudades de Xalapa, Veracruz, Ciudad Victoria, Tamaulipas, avance atribuible a la incorporación a tareas de prevención y servicio de 220 patrullas eléctricas, que agregadas a 80 de combustión interna, han reducido los tiempos de respuesta a llamados de emergencia de 40 a 10 minutos.
Y fíjense que el alcalde Antonio Astiazarán Gutiérrez no ha sido egoísta y ha socializado con singular intensidad su estrategia que ha permitido resultados superiores que los que se supone pretenden las famosas mesas por la paz y seguridad, advirtiéndose muy leves atisbos de seguir su ejemplo de parte del munícipe de Cajeme, Javier Lamarque Cano, aunque como se sabe, él no se manda solo.
Pero como sea, no todo son malas noticias por rumbos de la seguridad, porque la Fiscalía aportó lo suficiente para que un juez sentenciara a un par de malandros a poco más de 28 años de cárcel por la brutal ejecución del líder yaqui Luis Urbano Domínguez en junio del año pasado, acto de elemental justicia, como el mismo que benefició a seis integrantes de la etnia que fueron puestos en libertad luego de comprobarse que eran ajenos a quienes bloqueaban el paso vehicular en Vicam.
De seguidilla con temas positivos, buena noticia el que 43 proyectos productivos de 8 municipios de la región serrana de Sonora hayan sido apoyados por la Secretaría de Desarrollo Social con casi 820 millones de pesos, en el marco del Programa Las Jefas Autogestoras de la Transformación, política pública que en el curso de este año ha dispersado ya poco más de ocho millones de pesos.
Se trata de dar un canillazo a mujeres emprendedoras que dan la batalla diaria para conseguir su autonomía financiera con pequeños negocios como salas de belleza, puestos de comida, elaboración de artesanías y demás y cuyos proyectos fueron pasados por un tamiz de factibilidad por parte de un comité técnico y bajo la estricta supervisión de la secretaria Wendy Briceño Zuloaga, quien al estilo, la reportan en la comunidad seri de Desemboque en tareas de avaluación de avances del plan de justicia para dicha etnia.
Mientras tanto, se intensifica la confrontación interna en MORENA en el adelantado proceso de selección de quien abanderará a ese partido en la contienda presidencial, con un presidente que en el día a día exhibe sus incompetencias y sus propósitos fallidos en materia de salud, infraestructura, seguridad, economía y que de forma evidente no ha sido el padre que trasmita a sus hijos sus presuntos conceptos de austeridad, con su bodocón José Ramón se exhibe como asistente a uno de los juegos de la serie divisional entre los Astros de Houston y los Yankees de Nueva York.
No es muy austero la bendición de Andrés Manuel López Obrador ya antes exhibido como beneficiario de moches de3e consorcio petrolero y empleado de una empresa de privilegiado empresario cuatroteniano en México, ya que además de tener un asiento por el que debió pagar 350 dólares en el estadio Minute Maid Park, calzaba unos tenis de más de diez mil 500 pesos y un reloj Rolex cuyo valor ronda en los 350 mil pesos.
En nada ayuda al presidente y a MORENA esa enmantecada exhibición y más cuando se combina con tantas fallas en la conducción de un país sacudido por la violencia; por el reconocimiento implícito de la persistencia de la falta de medicamentos, las corruptelas, las frecuentes estupideces del astuto titular de Gobernación, Adán Augusto López y la encarnizada disputa entre las corcholatas.
Al respecto, todo indica que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores es la sicaria de la presidencia encargada del trabajo sucio con fines de sometimiento que tan buenos resultados logró al doblar y doblegar al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y que ahora va sobre su presunto compañero de partido, Ricardo Monreal.
En el caso del Alito se trataba de que se sumara a los propósitos de militarizar a México y lo consiguió y al parecer el dirigente priista sigue de pinicuchi para el trámite de la reforma electoral, en tanto que en el caso del zacatecano es obvio el propósito de sacarlo de la disputa por la candidatura presidencial y para ello ya está en la agenda del bodrio Martes del Jaguar, espacio donde la impresentable mandataria de Campeche cumple los encargos de Palacio Nacional.
Se puede poner buena la cosa y lo mejor sería ir por palomitas y refrescos para entretenernos mientras se desarrolla ese zipizape.