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ESTAS LÍNEAS…

Ene 20, 2023

AGUSTÍN RODRÍGUEZ / COLUMNISTA

Renace la queja contra el retén militar de Querobabi; los transportistas llevan productos por 26 MMDD, pero pierden hasta 10 horas y dañan mercancía, acusan empresarios de Arizona; la militarización nunca se ha ido, solo se hace más evidente 

#DESPIERTASONORA
GUAYMAS, Son. – Por años se ha hablado de la afectación al tránsito de mercancías por Sonora y la ilegalidad del retén militar de Querobabi, siempre negada por los funcionarios que la solapan. 
Hoy se expone esa afectación, pero no porque al fin se atrevieron nuestros empresarios a fajarse los pantalones y retar al sistema. 
El yo acuso vino desde allende la frontera, de la Autoridad Portuaria de Nogales asentada en el condado de Santa Cruz, dirigido al gobernador Alfonso Durazo, exponiendo la “interrupción del comercio internacional en el punto de inspección militar Querobabi” y solicitan al mandatario sonorense su “asistencia para mejorar la situación del impedimento al flujo de comercio hacia al norte”, en el Corredor Arizona-México. 
El balazo en el pie es porque se impide el flujo de productos, pese a tanta promoción oficial del estado y la federación para hacerlo ágil. Se acusa a la Secretaría de la Defensa Nacional por el problema que retrasa a miles de camiones, a veces hasta por ¡10 horas! 
“Esta es una situación insostenible y esperamos amerite su inmediata atención”, le refiere Jaime Chamberlain, presidente de la organización, quien no deja sentido a nadie al enviar copia del documento a la gobernadora arizonense Katie Hobbs; a los embajadores Ken Salazar y Esteban Moctezuma; al titular del Transporte en Arizona, John Halikowski; a Heriberto Aguilar, responsable de Infraestructura en Sonora; Guadalupe Ramírez, del Servicio De Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., etc. 
El documento detalla el impacto negativo de fijar ese retén que duplica una función que puede realizarse en la cercana frontera. Mire: 
Por Nogales cruzaron en 2022 más de 360,000 camiones con mercancía valorada en 26,000 millones de dólares, “un elemento esencial para las cadenas de suministro globales y para las economías de ambos países”. 
Recuerdan, ese retén se estableció hace más de 20 años, “cuando este nivel de inspección se requería para el comercio dirigido hacia el norte”, pero creen nuestros compradores vecinos que ya no es innecesario, pues ellos han invertido millones de dólares en infraestructura para modernizar el puerto de entrada. 
México no se queda atrás, pues le costó 1,800 millones de dólares modernizar la carretera federal y hacer de este corredor una vía eficiente, segura y costeable para productos mexicanos con destino a los Estados Unidos. 
Pero si eso representa ventajas, se pierden cuando la Sedena detiene ese flujo y le quita lo competitivo a este corredor, ante aquellos que ofrecen los otros 5 estados fronterizos. Echa a perder, pues, negocios en Arizona y Sonora. 
Crece la queja porque nuestros soldados dañan la mercancía durante el proceso de inspección, al olvidar la tecnología para revisiones no-intrusivas y meter mano. Nadie quiere mercancía contaminada y se pierden millones de dólares. 
Lo explica el representante empresarial: “Hemos documentado varias instancias en donde personal militar abre contenedores, entran a dicho contenedor, manosean la mercancía sin tomar precauciones para mantener la cadena de seguridad alimenticia. En casos de contaminación, será el transportista o el productor el que se verá obligado a sufrir las consecuencias”. 
Si bien promueven mantener un corredor logístico seguro y confiable, también buscan aplicar medidas de seguridad eficientes y responsables, pero hoy, “creemos que las razones originales para la instalación de Querobabi en su configuración actual, han cambiado”. 
Trabajaron en modernizar eso, así que es hora de hacer valer la filosofía que buscó fortalecer el intercambio comercial a través de esta región, con inversiones diseñadas para reducir el tiempo de inspección y viaje para los camiones, hoy neutralizadas “con los retrasos en Querobabi”. 
La propuesta es que el Gobierno de México reubique esa inspección a la frontera, en el kilómetro 13 al sur de Mariposa, donde hay instalaciones adecuadas; de paso, sugieren que nuestro país dedique más recursos para inspeccionar la mercancía que se dirige hacia el sur y ofrecen diálogo con las autoridades de SEDENA “para identificar oportunidades de mejoramiento”. 
Puede haber seguridad sin afectar competitividad del corredor y eso piden, porque “hay demasiado de por medio”. 
Debieran aprovechar esta justa queja para solucionar el problema que, también, aunque soterradamente, exponen nuestros exportadores en el día a día, pues nuestras autoridades tienen un déficit de tolerancia cuando el ciudadano intenta ejercer su libertad de expresión. 

LOS SIEMPRE PRESENTES MILITARES 
1.- En mis inicios como reportero en La Voz del Puerto, José “El Zurdo” Rodríguez me encomendó la fuente portuaria, ratificada después por José Luis “Negro” Bórquez. Mi aprecio para ellos. 
Por la fuente supe que el control de los puertos del país, administrativamente correspondía a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pero en los hechos estaba bajo control de la Secretaría de Marina, a través de un oficial de alta graduación. 
Juan José Velarde Bonín, ingeniero mecánico naval con grado de contralmirante, era en ese entonces director del área. Todavía no se hablaba de militarización. 
2.- Cuando Miguel de la Madrid (1982-88) tomó posesión de la presidencia de la República, anunció su “Renovación moral de la sociedad” mientras la tropa marchaba por las calles principales en las ciudades del país, con vehículos, armas y carrilleras lustrosas, para admiración y sorpresa de todos. Entonces, rara vez un soldado –y más raro aún, armados—andaba por las calles salvo en desfiles oficiales, así que no se entendió el mensaje. 
De entonces acá sigue el debate si el militarizado país nuestro se va a militarizar o no. Nuestros militarizados funcionarios dicen que no, pero los militares ya dirigen oficinas públicas y hasta enviaron tropa a las calles a hacer la tarea de la policía, pues nuestras corporaciones fueron rebasadas por el poder corruptor de la delincuencia. 
Hasta su vida dejan nuestros soldados en una misión ajena, pero deben hacerlo para detener a ese monstruo que estaba acabando con el país. 
En cuanto al militar de alta graduación, solo falta verlo en boletas electorales. A ver si no es 2024 el año escogido para dar ese paso, como ya se especula.

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