La irrupción de Javier Milei
ARMANDO VÁSQUEZ A./COLUMNISTA
DESPIERTASONORA
PARA COMPRENDER la causa por la cual países como Argentina están girando hacia la derecha como el domingo pasado ocurrió al ganar las primarias Javier Milei –y todo indica que saldrá victorioso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del dos de octubre dando un giro a los veinte años de dominación izquierdista–, se requiere realizar un somero análisis de los contextos.
En América Latina son considerados gobiernos de derecha: Uruguay, Paraguay, Ecuador, Puerto Rico, Costa Rica, El Salvador y Guatemala. De izquierda: Brasil, Argentina (hasta el momento), Chile, Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Honduras, Cuba y México. De centro derecha Panamá y centro izquierda República Dominicana.
En los 41 países que conforman Europa, hay diez de Centro, nueve de centro izquierda, once de centro derecha, cinco de derecha (a la que se acaba de sumar España en julio pasado), cinco de gran coalición y un gobierno tecnocrático. Cómo que ser de izquierda cien por ciento, pasó de moda.
Dejemos de lado Asia y África.
Hay un factor que une a algunos países de derecha latinoamericanos y es la dolarización de sus economías. De hecho, Javier Milei llevó como bandera este factor para salir de la hiper inflación en la que viven. Su modelo económico radica en desaparecer el Banco Central y el peso argentino para, en dos años –como ocurrió en El Salvador–, adoptar el dólar como moneda de uso común. Oficialmente dolarizaron su economía Panamá, en 1904; El Salvador, en 2001, Ecuador, en 2000; Puerto Rico por obvias razones y de facto en Venezuela, Cuba y Perú.
El dólar en Argentina se cotiza en 350 pesos argentinos, 860 en Chile, cuatro mil 40 en Colombia, Venezuela, 32 mil 744 bolívares y debajo de cincuenta en la mayoría de los países. Claro, también está el punto de la inflación que en Venezuela casi llega al 400 por ciento, contra un ya merito 100 por ciento en Argentina, Cuba arriba de 40 % y en el resto menor al diez por ciento.
Conforme a la visión del derechista Milei su plan estratégico conlleva ajustarse el cinturón con la desaparición de 18 secretarías y dejar siete, colocando en el ministerio de capital humano todo lo relacionado con la familia: educación y salud, sobre todo. En cuanto a las pensiones, que es la loza de todos los países, no habrá cambio en esta generación sino en la segunda.
En otro ministerio y para el combate a la delincuencia unirá los diferentes departamentos de inteligencia sin permitir que el Ejército sustituya a las policías. Ya dijo a su vez que hará una limpia completa de los diferentes órdenes políticos, sindicales y gremiales –que denominó castas–, pues la votación de siete millones y pico de argentinos le dan impulso.
En Argentina, cuya población es de 45 millones –el voto es obligatorio salvo para aquellos que cuentan con 16-18 años de edad y ancianos, que es voluntario–, con un padrón de 34 millones de votantes. La diferencia con sus más cercanos competidores fue de dos millones (fueron dos contendientes con cinco mdv y fracción cada uno) y la votación fue del 59 por ciento del total.
Lo interesante de la irrupción del economista Milei en la política argentina es que nadie daba un cinco por él. Sus ideas parecían de locos, estrafalarias y sus contrincantes –los eternos izquierdistas–, nunca vieron venir la avalancha que significó su participación. ¿Cómo?, se preguntaban si las encuestas daban el triunfo al izquierdista independiente o bien al populista oficial. Su lectura pues, no era la correcta y esta semana será de lamentaciones al sentirse prácticamente derrotados ante la posición del pueblo argentino.
SI usted lo ve tiene cara de loco, pero una vez que escucha sus argumentos, cambia la percepción por la fogosidad que imprime a sus palabras. El tipo sabe de qué habla. Llenó estadios. Lo atacaron a más no poder, pero no lograron minimizarlo.
Incluso entre los objetivos de Milei está la lucha contra la identidad de género, el llamado lenguaje inclusivo, aborto y todos aquellos manejos que de alguna manera atentan contra la familia y tantas consignas del Foro de Sao Pablo. Él se autoproclama como seguidor del liberalismo que tanto odia López Obrador.
Si vemos el panorama en Europa y América Latina, lo que ocurrirá en Argentina una vez que se pongan en práctica las ideas de este equipo de trabajo –con todo y los forcejeos que se presenten–, será un futuro referéndum mundial en caso de funcionar pues conforme a su visión se pondrán las semillas para que de nueva cuenta sea una potencia mundial al tener historia al respecto.
Entre 1871 y 1914, Argentina fue la economía que más creció y hubo convergencia con las economías más avanzadas. Además, el país estaba entre los más ricos del mundo por su PBI per cápita, codeándose con países como Estados Unidos y Gran Bretaña y por encima de Francia Alemania e Italia.
Lo interesante de este nuevo personaje –inmerso en los últimos diez años en la política–, serán sus planes de trabajo que ya empezaron a recorrer el mundo y dentro de muy poco serán noticias en México por la innovación planteada que bien pudiera Xóchitl Gálvez tomar de referencia sobre todo en el punto relacionado con la reducción de secretarias.
El impacto que tendrán sus acciones moverá el tapete de otros pueblos que siguen con la bandera izquierdista y quien sabe, a lo mejor y despiertan como ya lo hizo Argentina. Falta que aguante al 22 de octubre y que no lo asesinen como es la constante en Ecuador.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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