ALBERTO VIZCARRA OZUNA/COLUMNISTA
#DESPIERTASONORA
Con acento doctrinario y gesto militante, el gobernador del estado Alfonso Durazo Montaño, sostiene su campaña proponiendo la eliminación del trigo del patrón de cultivos en el Valle del Yaqui, al sur del estado de Sonora. Lo repite como consigna y en su mañanera de este martes 3 de octubre volvió a insistir en que se debe abandonar el cultivo del cereal, entre otras cosas, porque “consume mucha agua”, reclama subsidios y no “tiene buenos precios en los mercados internacionales”.
La letanía contra la producción de granos básicos y el desinterés por el fortalecimiento del mercado nacional de alimentos, no es nuevo, cobró fuerza con el arribo de la pandilla de tecnócratas que se nuclearon en torno a la presidencia de Carlos Salinas de Gortari. Con la firma del TLACAN, se eliminó el cometido estratégico de lograr reducir la dependencia alimentaria, principalmente en granos básicos, bajo los dogmas monetaristas que miden los procesos económicos no en valores físico-productivos, sino en volúmenes de dinero. Son los que acuñaron la desgraciada frase: es más barato importar los granos que producirlos nacionalmente.
A la sombra de esta misma ideología monetarista, anti social y anti productiva, se decidió despreciar los proyectos de infraestructura que se tenían concebidos desde mediados de los años sesenta para gestionar más agua, que fortalecieran a los distritos de riego establecidos, ampliaran la frontera agrícola y soportaran la expansión urbanística y de servicios de las ciudades del país. Se le dio la espalda al Plan Hidráulico del Noroeste (PLHINO), sobre la costa del pacífico, al Plan Hidráulico del Golfo Norte (PLHIGON), sobre la costa del Golfo de México, y a la tecnología de desalación de agua de mar con fuente energética nuclear.
Esas políticas y esos criterios que están dentro del campo ideológico neoliberal, son los que nos llevaron a la presente crisis. Son los que hacen aparecer como incosteable la inversión en infraestructura económica básica y los cultivos como el trigo y el maíz. Son también las políticas que nos han hecho vulnerables frente a los ciclos de sequía que sufre la región y el norte de México. Mismas que inducen la deriva absurda de quitarle agua a las regiones agrícolas como el Valle del Yaqui, con la desviación ilegal del recurso por medio del Acueducto Independencia. Cuentas resumidas: un país puesto de rodillas frente a los grandes corporativos globales que controlan los mercados de granos.
El gobernador no ubica en el contexto descrito su campaña en contra de la producción nacional de trigo. Pero tiene la obligación moral y política de saber la consecuencia de sus dichos. Diezmar la producción de trigo en el Valle del Yaqui, es propiciarle una herida a la nación ya agobiada por la creciente importación de granos. Representaría incrementar las importaciones de trigo por cerca de dos millones de toneladas más, aumentando nuestra vulnerabilidad frente a la creciente inestabilidad de los mercados internacionales de granos, hoy trastocados por la crisis bélica en el este de Europa.
Eliminar la producción de trigo en el Valle del Yaqui, nos llevaría a ocupar los primeros lugares en el medallero mundial de la importación del cereal. Productos como el trigo, alcanzan la connotación de grano básico, porque son, junto con el maíz y el sorgo, la base de toda la cadena alimenticia de una nación, pues de ellos depende la ingesta de carbohidratos y proteína animal de los habitantes de un país. Sobra decir que la carne, la leche, el pan y los huevos no se producen, ni en los supermercados ni dentro del refrigerador de los hogares.
Restablecer la política económica que desde los inicios del gobierno de Lázaro Cárdenas hasta 1982, le dio prioridad estratégica a la producción nacional de granos básicos, no es una utopía, es un asunto de seguridad nacional. La utopía se finca en el extravío de olvidar que el dinero es solo un contrato, pero no la fuente de la riqueza y fortaleza de una nación. Son principios tan elementales y a la vez tan olvidados por aquellos que imbuidos en el “mundo de los negocios” se olvidan que el hombre, más que de dinero, vive de pan.
Ciudad Obregón, Sonora, 4 de octubre de 2023
Movimiento Ciudadano por el Agua