Alberto Vizcarra Ozuna/COLUMNISTA
Estamos en una convulsión mundial; el planeta camina al borde del precipicio. La maldición de la guerra ha cobrado un nuevo eje en la región árabe, después de mantenerse por casi dos años en la Europa del este, con el conflicto militar entre Rusia y Ucrania. El impulso por la verticalización global en torno a los designios geopolíticos angloamericanos y su sistema que se desintegra, tiene y tendrá consecuencias impredecibles. En la ruta al peor desenlace que sería una guerra nuclear, navegamos sobre aguas turbulentas.