SÍ SABÍA
SAMUEL VALENZUELA/COLUMNISTA
DESPIERTASONORA
Durante dos semanas se desplegó carísima estrategia mediática para deslindar de responsabilidades al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su gobierno por la ausencia de protocolos de prevención y protección por la amenaza del huracán Otis que devastó Acapulco y municipios costeros y de montaña del Estado de Guerrero.
Medios de comunicación y comunicadores rentados o comprados por régimen ejecutaron vistosas maromas para ubicar el desastre en el ámbito puramente natural en donde la voluntad humana no tenía nada por hacer, dado su inesperado y rápido crecimiento, faramalla insostenible al demostrarse que las alertas dieron un colchón de al menos 20 horas para proteger bienes y vidas.
Y el mismo presidente reconoció de forma pública su negligencia criminal al asegurar haber dado seguimiento a los avisos respecto a la evolución del meteoro, pero reaccionó poco después de la ocho de la noche al emitido a eso de las seis de la tarde del martes 24 de octubre, aunque a eso de la una de la tarde de ese mismo día el Centro Nacional de Huracanes advertía que ya se trataba de un huracán categoría 3, suficiente para determinar acciones inmediatas de protección civil.
Pues el señoritingo inquilino de Palacio Nacional determinó concretarse a subir un guango y frívolo posteo a la red X, como si los cientos o miles de turistas y el casi millón de residentes en la zona de impacto estuvieran en esa red social y además estuvieran atentos a las estupideces que suele emitir el sujeto de referencia.
“Pude decir viene cañón”, dijo López Obrador, pero decidió dejar las cosas como displicentemente las planteó y se fue a la mimi lulu y lo de después son consecuencias aún prevalecientes en el destruido puerto, particularmente en las zonas altas y en comunidades rurales de ese y otros municipios, cuyos habitantes fueron tomados desprevenidos e imposibilitados de protegerse a sí mismos y a sus bienes más preciados.
Pero no hay problema. Dada la contumacia obradorista de crear realidades alternas a su conveniencia, a 15 días de la tragedia se han tomado decisiones tan extrañas como reducir a dos los municipios declarados como zona de desastre, cuando este desastre está a la vista en al menos 45 municipios más; como la emergencia no es tal, en el presupuesto federal 2024 no se le asignó un solo peso a la reconstrucción, para luego decidir este jueves la conclusión de la declaratoria de emergencia.
La verdad no encontramos palabras para describir nuestro desprecio, nuestro desengaño y rabia por la manipuladora incompetencia de un presidente empecinado en priorizar sus proyectos políticos personales por sobre el interés de los habitantes de este país y a pesar de eso, disponer de un masa robótica, embrutecida e ignorante que festina sus continuadas estupideces ya constituidas como cotidianas prácticas de gobierno.
Le urge a López Obrador eliminar distractores de lo importante para él y que la atención se centre sobre su inocua marioneta proyectada a sucederlo en el cargo, pero la realidad en Acapulco resulta insoslayable y así se reporta a diario incluso por personajes de su mismo partido a quienes les queda cierta dignidad, mientras en otros casos vulgarizan su abyecta sumisión e ignorancia de la realidad de Guerrero, del sector agropecuario del país, del sector salud y más, y pudiéramos poner de ejemplo a una diputadita federal sonorense propagandista de falsedades, pero lo dejaremos de este tamaño.
Cómo añoramos una representación de Sonora en San Lázaro de los tamaños de la diputada federal Selene Ávila, quien pegó soberana revolcada a sus compañeros de bancada (MORENA) por su miserable actuación en la aprobación del presupuesto federal 2024, valor y dignidad ausentes en Heriberto Aguilar, Shirley Vázquez, Ana Laura Bernal, Gabriela Martínez, Manuel de Jesús Baldenebro, Judith Córdova, Sandra Luz Navarro, Amairany Peña y Brianda Vázquez, caterva de inútiles y sin ningún compromiso con Sonora y los sonorenses, y que según se dice, no sirven ni para tirar materia fecal.
Lo peor del caso es que tal negligencia criminal no es nueva. Inolvidable aquella vez a fines de abril del 2020, cuando López Obrador aseguró con aires de suficiencia y triunfalista que, gracias a la estrategia de contención, la fortaleza del mexicano y a su acertada gestión, la pandemia del Covid-19 había sido domada, asegurando tener la admiración mundial y el interés de muchos gobiernos de países del mundo, de replicar el modelo mexicano para acabar con la expansión del mortal virus.
Lo cierto es que la mortandad apenas agarraba vuelo y se potenció hasta llegar a las 800 mil defunciones por su frivolidad e incompetencia, lo cual incluso ubica a México como uno de los países con más muertos por cada 100 mil habitantes a causa de la pandemia.
Lo cierto es que, en Acapulco y amplia zona de la franja costera y partes altas de Guerrero, la emergencia continúa; sus habitantes siguen sufriendo la devastación y de no ser por la sociedad civil la situación estaría más grave, cuando como se sabe, el mismo López Obrador pretendió evitar, prohibir, vetar su participación en las tareas de auxilio.
Mientras tanto, el gobierno publicita la entrega de electrodomésticos, colchones, estufas y demás, a familias cuyas viviendas carecen de energía eléctrica, no tienen techo ni servicio de gas doméstico, y con tal abasto hay por ahí quienes se embolsan grandes cantidades de dinero, mientras se oculta el número de fallecimientos; es insuficiente la distribución de agua y comida; ausencia de servicios de salud; hay medio centenar de trabajadores del mar desaparecidos, los escombros hacen huesos viejos por todos los rumbos y se mantiene la ausencia de autoridad y gobierno en amplias zonas de la periferia acapulqueña y en comunidades y municipios de Guerrero.
En resumen, el huracán Otis es como un escaparate en el cual se exhiben las más bajas pasiones, la incompetencia, el servilismo, lo miserable y la ignorancia supina de una “nueva” clase política morenista, sometida e indigna de representar a los mexicanos en el Congreso de la Unión, aunque resulta alentador ver crecientes reacciones de rebeldía.
Por lo demás, inquietante lo ocurrido en Nogales, en cuyo ayuntamiento tenía importantes funciones Miguel Ángel Morgan Huerta, quien, de acuerdo con el departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos, es integrante de una bien estructurada banda de narcotraficantes encabezada por su hermano de nombre Juan Carlos.
Lo inquietante radica en la percepción prácticamente unánime respecto a que tal infiltración ocurre en la mayoría de los ayuntamientos fronterizos del país o en plazas bajo el dominio de carteles de la droga, con el conocimiento del presidente municipal, obligado a pagar así el apoyo para que ganara la alcaldía, y replicamos lo anterior debido a la firme convicción de quienes se han reportado a este espacio o con quienes hemos comentado del tema.
Tal infiltración del narco en instancias de gobierno es plática común en muchas partes de México particularmente en los Estados de Guerrero, Zacatecas, Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Nayarit, Coahuila, entre otros, y en mala hora a Sonora le acaban de levantar las faldillas, sin que tengamos idea si es peor la revelación en el ayuntamiento de Nogales o el concepto de amistad del gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, quien valora más como amigo no a quien le ofrece asesoría jurídica en caso de matar a una persona, sino a quien le lleva y le apoya con una pala para cavar una fosa clandestina y así salir impune.
Y mientras en MORENA-Sonora andan hechos pelotos en el proceso de definición de su fórmula al senado de la república, por rumbos de la oposición brota la chunga y especulaciones al vuelo, con propuestas o presuntas filtraciones sin pies ni cabeza, en donde las siglas de Movimiento Ciudadano son involucradas en negociaciones cupulares para definir equis o ye candidatura.
Primero que Norberto Barraza Almazán, de la organización civil VAMOS, trajo de la Ciudad de México el acuerdo con Dante Delgado para ser candidato de ese partido a la alcaldía de Hermosillo y para acabarla de acabar, aseguran que ahora fue Ernesto Gándara Camou en que se trajo bajo el sobaco desde allá, la posibilidad de ser la cabeza de la fórmula al Senado por parte de los anaranjados.
En el primero de los casos ya fue desmentido de forma rotunda por parte del dirigente del MC, Manuel Scott, quien de plano hasta asegura no conocer a Norberto ni de haberlo visto ni de lejos en persona, permaneciendo firme para la alcaldía del municipio capitalino Charly León o mejor Natalia Rivera si se acomodan las circunstancias, sin descartar sumarse a la reelección de Antonio Astiazarán.
En el segundo de los casos, El Borrego seguramente tiene una relación cercana con el dueño del MC, pero esa es una cosa y otra es que deje colgado de la brocha a Ernesto de Lucas Hopkins, quien puede decirse, tiene semanas como el único zincho de todos los partidos para ser candidato al Senado, faltando complementar la fórmula.
En todo caso, desde nuestro punto de vista, “El Borrego” representa la mejor opción para ir como cabeza de la fórmula del Frente Amplio por México, llevando como compañera de fórmula a una mujer del PAN, por ejemplo, Alejandra López Noriega.
Por cierto, de acuerdo con criterios de paridad y alternancia de género, ¿si en la elección del 2018 las fórmulas al senado de algunos partidos como el PRI y MORENA fueron encabezados por mujeres, en la elección del 2024 serán hombres quienes sean cabeza? o a la inversa, ¿en el caso del MC cuya cabeza fue varón, la del año próximo deberá ser mujer?
Por lo pronto crece la marea de vaciladas y chascarrillos sobre filtraciones sin sentido, que sorprendentemente son dispersadas sin análisis previos serios, así no tengan pies ni cabeza y como decíamos, al parecer el puerquito de moda para tales estulticias es el MC.