En las últimas semanas, productores de todo el país fueron atendidos, diálogo que dio como resultado más de 50 modificaciones incorporadas al dictamen de la Ley General de Aguas, la cual fue aprobada con 324 votos a favor y será de gran relevancia para agricultores y productores rurales, indicó la diputada Anabel Acosta Islas.
La legisladora dijo que se escuchó al campo mexicano, pues la nueva ley reconoce que las sucesiones mantengan el mismo volumen y características de la concesión original, que las parcelas con derechos de riego puedan enajenarse bajo las reglas vigentes, que los distritos de riego conserven su operación y su reglamentación interna y que las, los ejidatarios y productores mantengan plenamente sus derechos.
“Con esto damos un paso histórico para México, para garantizar que el agua deje de verse como una mercancía y sea reconocida plenamente como un derecho humano, pues esta reforma recupera la rectoría del Estado, ordena el uso del recurso y establece un principio incuestionable: primero el consumo humano y la seguridad alimentaria, porque de eso se trata gobernar y legislar, de corregir, ajustar y mejorar con la gente”, destacó.
Acosta Islas mencionó que la reforma crea un Registro Nacional del Agua moderno y transparente, establece revisiones de concesiones, sanciona el uso indebido, detiene el acaparamiento y combate la corrupción, con lo que se pretende terminar con el mercado negro que fomenta el robo y la especulación del agua y es causa de la crisis de escasez que afecta a 77 por ciento de los municipios mexicanos.
“Este es un cambio profundo, hoy no legislamos solo para resolver problemas del presente, legislamos para que las próximas generaciones tengan acceso al agua, mayor seguridad alimentaria y vivan en un país que cuida su recurso más valioso: el agua”, expresó.
