#DESPIERTASONORA
CUANDO DIRIGIÓ A LOS Astros de Houston todos lo hacían y consideraban como uno de los mejores dirigentes de Grandes Ligas, como uno de los timoneles que guiados por la sabermetría se encontraba en los cuernos de la luna, pero con un grupo de peloteros con talento y experimentados, colocando en el campo de juego solo a novatos con posibilidades, sin tener que batallar para hacer un orden al bat que le garantizaba pelear cada encuentro, pero el mundo del beisbol descubrió que también incluía entre sus elementos para ganar hacer trampa, y de un día para otro, el mundo de A. J. Hinch cambió como de la noche al día.
DESPUÉS DE CUMPLIR con una penalización y estar fuera del juego un año, Hinch fue contratado para que tomara las riendas de los Tigres de Detroit, y en la llamada Ciudad del Motor se ha dado cuenta que no es lo mismo contar con un club con cuatro o cinco súper estrellas, a tener que hacer un orden al bat con jugadores que no están considerados como estrellas, y otros que están jugando los partidos finales de sus carreras. Y Hinch regresó a un mundo diferente totalmente al que vivía en Houston, manejando a uno de los peores equipos de las Grandes Ligas.
CON UN RECORD DE 8-21 en ganados y perdidos, y con el peor bullpen de las Mayores, los felinos ocupan el sótano de su división, y con un futuro más nebuloso que una noche londinense. Revisando las estadísticas, las que te ponen en un sitio envidiable si son positivas, y en lugares indeseables si éstas son pésimas, y las de los Tigres son las peores en el circo de la gran carpa.
MIENTRAS QUE SU OFENSIVA ha anotado solamente 79 carreras en esos 29 desafíos celebrados, un promedio de 2.72 anotaciones por cada desafío. A cambio de esas 79 veces que sus jugadores han llegado a tierra prometida, los lanzadores y receptores de los Tigres han visto a un total de 141 corredores rivales cruzar y pisar el pentágono cuando están a la “defensiva”, lo que nos da, si Pitágoras no era un mentiroso, una diferencia de menos 62 carreras, una cifra espantosa, y con esto, créanme, es muy difícil conseguir victorias. La realidad para quien hace cuatro años era considerado como un genio de la dirección es otra en la actualidad, y de continuar por el mismo camino, su cese estaría a la vuelta de la esquina. El karma, míster Hinch, ese nunca falla, tarda, pero siempre llega.
Y POR HOY TERMINANOS, fue todo y nos despedimos, pero nos vemos mañana. Cayó el OUT 27, y el juego acabó… BUEN DÍA…!!!