¿Abrazos no balazos?
Jesús Huerta Suárez / COLUMNISTA
#DESPIERTASONORA
Estoy convencido de que mejorar la seguridad pública en México es una tarea casi imposible para cualquier mortal. Este maligno monstruo ha crecido demasiado, tanto que el crimen organizado hace y deshace a sus anchas de nuestro país. El crimen organizado, se podría decir, manda en México.
La culpa es de casi todos, empezando por la nefasta clase política que, en realidad son, en su gran mayoría, delincuentes de cuello blanco y alma negra que han solapado, apoyado y evitado enfrentar a los malosos, y continuando con quienes compran drogas ilegales, cosas robadas y enaltecen y aplauden a los malandros con música y parafernalia, además de millones de padres de familia que dejaron en el abandono a sus hijos y que estos crecieron con hambre y odio.
La situación es terrible; descuartizados, cobros de piso, robos, secuestros, distribución de enervantes, trata de personas, asaltos, extorsiones, abigeato, fraudes y todo lo que gustes agregar, el caso es que el panorama en el país se ve teñido de rojo y sin muchas esperanzas de que cambie.
Entonces, ante tal situación, ¿a quién se le ocurre poner en la secretaría de seguridad pública de Sonora a una licenciada en ciencias de la comunicación?
¿A caso creen que por muchas ganas que le echemos a nuestro trabajo, el puesto nos dará los atributos, el conocimiento y la experiencia que no tenemos? ¿No se les ocurre pensar que hasta podemos ser el error de alguien más?
Es muy extraño el caso de Sonora, ya que la secretaria de seguridad, María Dolores del Río, pertenecía a un partido diferente al del actual gobernador, partido del que se alejó cuando no logró su objetivo de ser la candidata a la gubernatura del Estado, por lo que dio su apoyo y sus votos a Durazo y este la “premió” con este difícil puesto, o la “castigo”, no se sabe, pero la pobre nomás no da una en lo que a seguridad pública se refiere.
No se ve estrategia, no se ven resultados, ella parece estar asustada todo el tiempo, y es obvio que lo esté, pues en realidad no sabe ni qué hacer o decir para sacar su chamba, mientras que la inseguridad aumenta día a día y sube de tono.
Yo estudié la misma carrera que María Dolores del Río y jamás aceptaría un puesto como ese, porque no es en absoluto nuestro oficio. Y no es que ella sea una mala persona o una funcionaria incapaz, pues fue una alcaldesa respetable y ha pasado por varios puestos y posiciones políticas, pero ¿cómo aceptar ser la secretaria de seguridad pública y cómo darle el nombramiento? ¿Es una especie de venganza contra ella o contra los sonorenses? ¿Es un premio o castigo?
Solo ella y el gobernador Durazo lo saben y se dan abrazos, mientras que todos los demás a diario vivimos entre balazos.