La frágil vida de Norma Piña
ARMANDO VÁSQUEZ A. / COLUMNISTA
#DESPIERTASONORA
NO ES UN TEMA MENOR que el sábado pasado, en la marcha 18M hayan quemado una imagen de la presidenta de la SCJN, Norma Piña, en pleno zócalo y durante el festejo al que citó López Obrador para conmemorar la expropiación petrolera.
En un país donde el feminicidio llega a diez diarios desde el 2018 para acá, https://bit.ly/3TsbUTP y que en su mañanera el presidente primero dijo que desconocía el hecho, luego denostó señalando que no estaba bien que se realizaran este tipo de actos y posteriormente se victimizó al señalar que la prensa conservadora e hipócrita no mencionó nada cuando quemaban su figura el pasado ocho de marzo durante la marcha feminista, pues limita el margen de comprensión para que sus simpatizantes definan no asesinar a la ministra Piña.
“De todas maneras repruebo lo de la ministra Piña. Yo no sabía ¿eh? que habían quemado una figura, porque es mucho muy de los de los conservadores. Si quemaban los libros, había Inquisición. Pero eso no tiene nada que ver con el movimiento progresista. Cero de intolerancias”.
Por favor, ¿ni modo que no supiera de este suceso? Es el presidente.
Un día después de lo acontecido, su señora esposa, Beatriz Gutiérrez Müller respondió ante este hecho:
“No convertir la libertad en libertinaje es clave para vivir y convivir en un país plural y democrático como el nuestro. Mi apoyo a todas las mujeres de la política (o circunstancialmente cerca de esta) ante la vejación a sus personas o imagen, o la de sus hijos. Lo he padecido tanto, ¿cómo no solidarizarme? Subamos el nivel. No violencia. Más amor urgentemente”.
Ello detuvo de alguna manera la crucifixión de la ministra Piña por parte de los chairos en redes sociales. Y más cuando la senadora morenista Olga Sánchez Cordero escribió en su twitter:
“Conozco a la ministra presidenta Piña desde hace 25 años, pues fue mi Secretaria de estudio y cuenta en la @SCJN. Independientemente de esto, las muestras de intolerancia hacia su persona y hacia la institución que representa son inadmisibles. La violencia nunca es la respuesta”.
Malú Micher, también senadora morenista reprobó el hecho: “Inaceptable e indefendible la violencia, las amenazas y actos vandálicos realizados contra la Ministra Presidenta de la @SCJN Norma Lucia Piña Hernández fomentando odio y discriminación que solo envenena el corazón. Así no, nunca”.
Incluso el ministro chairo, Arturo Saldívar señaló: “Condeno las manifestaciones de odio en contra de la Ministra Presidenta Norma Piña. La violencia política nunca es el camino. Resolvamos nuestras diferencias mediante el diálogo, el debate político y los cauces jurídico constitucionales”.
Claudia Sheinbaum también condenó el hecho, señaló que fue una minoría y recordó que hubo quienes pedían que quemaran a los morenistas en el zócalo.
Claro, hubo otros que condenaron el hecho como Patricia Mercado, Margarita Zavala, Emilio Álvarez Icaza, Jorge Triana, Enrique de la Madrid… Lilly Téllez fue muy específica: “En la celebración de la expropiación de las mentes, atizaron la hoguera del odio: no toleran a una mujer digna, independiente y valiente, como la Ministra Piña. Los dueños y los siervos de morena incitan a la violencia contra las mujeres. Por eso los vamos a echar”.
Y el más criticado al respecto fue Jorge Taddei quien manejó en su twitter: “Eso es gravísimo. Exigimos que la señora sea atendida de sus quemaduras, que supongo de 3er. Grado. Que el gobierno pague los servicios médicos necesarios y se encarcele a los responsables. No se debe llegar al exceso de la violencia física. Pronta recuperación a la ministra”.
De hecho, su comentario burlesco recibió la condena de la politóloga Denise Dresser y se subió a El Universal como nota informativa: https://bit.ly/3TvaDLw
Algo similar a lo que expresó la senadora Citlalli Hernández, secretaria general de Morena.
La SCJN emitió un comunicado en el cual habla del reproche categórico a las manifestaciones de violencia y odio y mostraron sus integrantes –ministros, consejeros, jueces–, enfatizando: “La violencia, de cualquier tipo, es un obstáculo para el cumplimiento de los objetivos que nos unen como mexicano y mexicanos; la salvaguarda de los derechos humanos y del estado de derecho. No más acciones de odio. No más violencia de género. México nos demanda más”.
Este ha sido un tema que trascendió la marcha del sábado pues con anterioridad ya se dieron manifestaciones frente al edificio que alberga la suprema corte en contra de Norma Piña. Fue un coraje furibundo de la fanaticada chaira de algunos que aprovechando la marcha del día de la mujer –8M–, que denostaron feamente contra la magistrada.
Aún y cuando la ministra Piña no ha expresado su sentir al respecto, en redes sociales fue más defendida que atacada. Sin embargo, fue colocada con un tiro al blanco en sus espaldas producto, definitivamente de los múltiples mensajes de odio enviados por el mismo López Obrador que, como dice José Cárdenas, es jugar con fuego.
En un México como el actual, la vida de Norma Piña está más frágil que nunca pues aunque el mismo López Obrador ha hecho un llamado a la pacificación y a no incurrir en este tipo de actos violentos, de todos es sabido que sus seguidores se encuentran prestos a hacerle el “favor” de quitársela del camino que él se ha encargado de ponerla en sus mañaneras denostando en su contra con todo tipo de improperios.
Ojalá le pongan guaruras para salvaguardar de alguna manera su integridad física.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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