¡POBRES GUSANOS!
JESÚS HUERTA SUÁREZ / COLUMNISTA
#DESPIERTASONORA
¿Quién iba a pensar?, ¿quién iba a soñar, que por unas tortas, me iba yo a rajar? ¡Pero, sí! Es la realidad.
Y es que, como luego dicen los dicharacheros: “has llegado a la edad de los nunca”, o algo así; y es que por en mi desmedido afán por hincar el diente, ando pegándole a los ¡90 kilos! de peso, y eso, sí que no es nada bueno, pues mido
1. 82 m. No sólo es el ánimo lo que se te puede caer por los suelos, sino que a ese paso, también la barriga; claro que no es onda. No, partiendo de que a cada “cargo, corresponde un abono”.
Sé que el exceso de peso en muchas personas no luce mal, pero en otros sí, (los que no engordamos parejo, como yo), eso sin tomar en cuenta la cuestión de la salud por el colesterol y los triglicéridos.
En fin, cada quien hace con su cuerpo el tanque de “combustible” que quiera. Total, qué, para no hacer larga la historia, les confieso que me puse a dieta… ¡Por primera vez en mi vida!; y vaya que es difícil, más no imposible. Mis respetos para las personas que tienen años bajo este régimen. Por supuesto que conozco de carencias y sacrificios, pero nunca en lo que a yantar se refiere, como parece que la mayoría del pueblo bueno mexicano.
Ni modo; no hay mal que por bien no venga…
Yo, que mientras desayuno, pienso en qué comeré, y mientras como, pienso en lo qué cenaré. Yo, que acostumbro a comer más de cinco veces al día. Yo, que soy un aventurero empedernido, deseoso siempre en degustar los sabores y olores de todas de las fondas, taquerías, restaurantes, y demás lugares propios para este gusto. Yo, el mismo que aprende constantemente nuevas recetas y busca la forma de utilizar más y diferentes condimentos, tendré que reinventar mi manera de comer.
No se puede negar que se siente regacho andar haciendo todo el día de tripas corazón. Andar engañando al estómago con lo que se pueda, siempre y cuando sea sin carbohidratos, sin azúcar, todo en porciones mínimas, bien equilibrado y con la necesidad de aprender el arte de comer para vivir y no vivir para comer.
Imagínate sacarle la vuelta a los tacos de cabeza, los hot dogs de los del Chinal, los de carne asada, las pizzas, y demás exquisiteces. Bueno, aunque, en realidad no es tanto sacarles la vuelta del todo, sino que reeducarte a comer con responsabilidad. Difícil, pero no nos queda de otra; ya para estas alturas del partido, el metabolismo va lento; el cuerpo requiere de menos alimentos para subsistir, y, a menos calorías, mejor desempeño, dicen… ¡Pamplinas! Eso está por verse.
Por lo pronto, a entrarle más a las frutas y vegetales, leguminosas, avenas, especias y lo que vayamos descubriendo, mientras pasa el tiempo para acostumbrarnos a comer saludable, o, de plano, perder la batalla ante la tentación con dignidad y terminar rodando.
Creo que sería bueno, ya entrado en estos menesteres, tratar de cambiar también malos hábitos; ayunar de malos pensamientos, de malas acciones y de omisiones.
Ya veremos qué pasa, mientras tanto, a cerrar la boca, que en boca cerrada no entran moscas, y prometo también olvidarme de nuestros amigos los gusanos, que añoran para el día de nuestra muerte, kilos y kilos de más para su festín…
¡Pobres gusanos!, más vale que le busquen en otra parte
“Yo te quiero a ti para que me quieras”
Cheap Trick
Jesushuerta3000@hotmail.com