Lo ahoga su soberbia
ARMANDO VÁSQUEZ A./COLUMNISTA
DESPIERTASONORA
A FINALES DEL 2007, cuando la entonces priista Ivonne Ortega Pacheco iniciaba su sexenio como gobernadora de Yucatán, relató en una entrevista que se le acercaron quienes manejaban la delincuencia organizada y le hicieron una propuesta: “Déjenos la noche y quédese con el día”. Ella contrató como director de seguridad estatal a un militar de los duros y limitó de tal forma el crimen que aun sigue siendo una de las entidades más seguras del país y de los pocos donde Morena no ha podido hincarle el diente.
Guerrero, junto con otros estados del centro del país, es de las entidades más pobres y donde la violencia es común y rutinaria. Como diría José Alfredo, la vida no vale nada.
Los pocos datos que han surgido luego del golpe dado por Otis, sobre todo en Acapulco, es que hay casi una treintena de fallecidos y unos cuantos desaparecidos. Los 16 que fallecieron en un hospital por falta de energía eléctrica no sé si están enmarcados en esta cifra.
Hablan también que se soltó la rapiña en diversos comercios afectados donde las personas aprovecharon la oscuridad nocturna y robaron lo que pudieron. No se justifica, pero si se comprende. La sicología de la violencia es muy exacta en este terreno toda vez que con esquemas científicos se pueden demostrar las causas por las cuales una población así cometió esos delitos.
Y estas van desde la confianza que tienen de burlar la seguridad y ante la falta de elementos de seguridad y de cultura del bien común, hasta el reforzamiento del espíritu de sobrevivencia para conseguir un producto que les pueda asegurar un futuro corto placentero en beneficio particular o de sus familias. Los atracos llevan esa justificación violatoria del séptimo mandamiento.
Al no haber comunicaciones por las calles destrozadas y la falta de servicios de telefonía, la oportunidad se amplía y tanto las autoridades como los mismos negocios han dejado que esto pase porque están asegurados. El problema será cuando ya no haya más que robar, entonces de seguro se incrementarán los asaltos a personas que se atrevan a andar en la calle.
De seguro el crimen organizado se apoderará de la noche, si de por sí ya se había apoderado del día.
Se habla de medio millón de damnificados en Acapulco a quienes deben alimentar tres veces diarias durante el día y se menciona que el retorno a la normalidad será de meses. Darle alimentos… uf. Y sí, López Obrador también quitó los comedores de gobierno para alimentar a los necesitados.
Se van a establecer protocoles adecuados de sanidad en todos los sentidos. Deberán trabajar sobre la infraestructura, reparación y mantenimiento de edificios tanto gubernamentales (hospitales, oficinas, escuelas, etcétera), así como del 80 por ciento de los hoteles, miles de viviendas afectadas los diferentes sistemas de agua, luz, (ya se restableció el servicio en 40% de los hogares) seguridad, educación, empleo, va a ser una tarea de locos.
Hay varios ejemplos de situaciones similares ocurridas en otros países y que inclusive, han llevado a la destitución de gobernantes como –entre otros–, es el caso de Haití y el mismo Nicaragua en su momento, en este último llegó un tirano. En ambos la ayuda del mundo les apoyó sobremanera, las organizaciones como la ONU y gringas han entrado al quite enviando especialistas, recursos económicos e insumos. Pero ahora no hay nada.
Ha de ser en respuesta a la actitud melindrosa del presidente en materia de política internacional que ha dejado mucho que desear.
En su mañanera, López Obrador habló de los apoyos de palabra de Cuba y de Ken Salazar, dijo que se reunirá con comerciantes y hoteleros de Acapulco para ver cómo manejar la desgracia. Subrayó que estará atento para lograr la recuperación del puerto. Otras ofertas de ayuda de otras naciones, estableció, lo están manejando en la SRE.
Pero nunca hizo un llamado a la población mexicana a solidarizarse con su apoyo ante estas calamidades como tampoco lo ha hecho con otras, inclusive cuando se inundó Tabasco. Sería tanto como admitir su fracaso y admitir que fue un error, soberbia le llaman en mi pueblo, (además de sus fallidas políticas de asistencia), la desaparición del Fonde, (Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales)del cual, por cierto, dijo que lo aniquilaron por la fuerte corrupción imperante pero no hay denuncia al respecto.
Se ha publicado que la SHCP cuenta con un programa para atención de este tipo de situaciones por 18 mil mdp que ahora maneja directamente y que nutría al Fonden y sus reglamentos de trabajo que hoy no existen. Si quiere, Hacienda puede utilizarlos en tiempos electorales, como seguramente pasará.
De hecho, cuando borraron el Fonden, su titular, José María Tapia Franco, pasó a las filas de los millonarios de Morena e incluso va por la alcaldía de Querétaro. https://n9.cl/o8udk
Lo que más ha indignado a la población es el protagonismo de López Obrador quien pasó de ser el novio en la boda, el muerto en el sepelio, el bebé en el bautizo, el actor principal en la política, la figura central de conciertos, a ser la víctima principal en esta desgracia de Guerrero…
Hay que reconocer que el secretario de Gobierno, Adolfo Salazar se fajó al enviar camiones a la zona afectada por el huracán Otis para ir a rescatar a los más de 200 sonorenses ubicados en Acapulco. A ello sume la disposición para generar siete centros de acopio.
También se unieron los esfuerzos del alcalde Antonio Astiazarán y directivos de organizaciones mineras sonorenses. Por cierto, en Sonora es dónde más centros de captación de productos se instalaron. Detalle curioso. https://n9.cl/lkejz
Por cierto, nuestros sonorenses ubicados por allá siguen sin reportarse.
EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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